Firma por un refugio seguro para los rohingya en Bangladesh
Rojia tiene 29 años y es una de los miles de rohingyas que vivían en el norte de Myanmar hasta que su vida cambió.
Después de que en octubre varios hombres armados saquearan su casa a punta de pistola, decidió huir a pesar de estar embarazada de 9 meses. Cogió a sus cuatro hijos y se unió a un grupo de refugiados rohingyá que iba camino a la frontera con Bangladesh, a más de 10 kilómetros a pie.
Aunque con dificultad, Rojia y sus hijos cruzaron el río Naf que separa Myanmar de Bangladesh y a los nueve días de llegar al país vecino, su hijo nació.
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ACNUR trabaja con las autoridades en la zona y otras ONG colaboradoras para llevar suministros de emergencia: ropa, lonas de plástico para cobijar a las familias y colchonetas para dormir. También, trabajamos en la identificación de personas vulnerables, como niños no acompañados, que necesitan una protección especial.
Pero los campos en el país están desbordados y hace falta más ayuda urgente para los refugiados que siguen llegando.